A todos nos ha pasado. Duermes ocho horas seguidas, te despiertas descansado y, al mirarte al espejo, te encuentras con las mismas ojeras de cansancio. Bebes más agua, te acuestas aún más temprano, pero las ojeras persisten.
Durante décadas, la creencia popular ha sido simple: las ojeras son un claro indicio de una noche larga. Y si bien es cierto que el cansancio puede acentuarlas, rara vez es la causa principal. Si sientes que lo estás haciendo todo bien y aun así no logras eliminar esas ojeras, es porque estás librando la batalla equivocada.
Lo cierto es que las ojeras crónicas tienen menos que ver con la hora de dormir y más con la biología. Desmintamos este mito persistente y descubramos las verdaderas causas.
Cómo influye la falta de sueño...
Primero, aclaremos este mito. Dormir mal puede empeorar notablemente la apariencia de las ojeras. Cuando estás cansado, suceden dos cosas:
Tu piel se vuelve más pálida. La falta de sueño puede disminuir la circulación, haciendo que tu piel luzca más descolorida y apagada. Esta palidez hace que los vasos sanguíneos oscuros debajo de tus ojos resalten en marcado contraste.
Aumenta la retención de líquidos. El cuerpo puede retener más líquidos cuando está cansado, lo que provoca hinchazón. Esta hinchazón, sobre todo debajo de los ojos, puede crear sombras que dan la ilusión de ojeras aún más oscuras.
Así que sí, dormir influye, pero amplifica el problema, no lo causa. Si descansas lo suficiente y aun así tienes ojeras, las causas principales tienen un origen mucho más anatómico y genético.
Las verdaderas causas de las ojeras
Las verdaderas razones de esas sombras persistentes suelen ser genéticas y estructurales. Estos son los cuatro factores principales que influyen.
1. Genética: Está en tu ADN
Esta es la causa más común de las ojeras crónicas, sobre todo en personas jóvenes. Simplemente, se lo debes a tus padres. La predisposición a las ojeras suele heredarse de dos maneras:
- Piel más fina: La piel alrededor de los ojos (la zona periorbitaria) es la más fina del cuerpo. La genética puede hacer que esta piel sea aún más delicada y translúcida, dejando ver la red subyacente de vasos sanguíneos azulados y violáceos.
- Vasos sanguíneos prominentes: Algunas personas tienen una predisposición genética a tener más capilares o estructuras vasculares más prominentes justo debajo de la superficie de la piel debajo de los ojos.
2. Hiperpigmentación: Un problema de melanina
Si tus ojeras tienen un tono más marrón, podrías tratar de hiperpigmentación periorbitaria. Esta afección se produce cuando el cuerpo genera melanina en exceso (el pigmento que da color a la piel) en la piel alrededor de los ojos. Puede desencadenarse por la exposición al sol, la inflamación o incluso el frotamiento crónico debido a alergias (a menudo llamadas "ojeras alérgicas").
3. Pérdida de volumen: El efecto sombra
Con la edad, perdemos grasa y colágeno de forma natural en todo el rostro, y la zona debajo de los ojos es una de las primeras en notarse. Esta pérdida de volumen crea un hueco o surco que va desde el lagrimal hasta la mejilla. Esto se conoce como "ojeras".
Lo que se percibe como un círculo oscuro suele ser simplemente una sombra proyectada por esta depresión. La luz incide en la zona prominente debajo del hueco, acentuando la hendidura y haciéndola parecer oscura.
4. Adelgazamiento de la piel con la edad
Así como la genética puede otorgar una piel naturalmente fina, el proceso de envejecimiento también provoca que la piel pierda grosor y elasticidad. Con el tiempo, a medida que la piel debajo de los ojos se vuelve más fina y translúcida, los tonos azulados y morados de los vasos sanguíneos y del músculo orbicular de los ojos se hacen mucho más visibles.
¿Qué puedes hacer entonces?
Comprender la causa principal de las ojeras es clave para tratarlas eficazmente.
- Para la hiperpigmentación: Busca cremas para el contorno de ojos con ingredientes como vitamina C, niacinamida o retinol para iluminar la piel. Y lo más importante, usa protector solar a diario para evitar que la exposición al sol empeore la pigmentación.
- Para la piel fina y la pérdida de volumen: Si bien los tratamientos tópicos con retinol y péptidos pueden ayudar a estimular el colágeno con el tiempo, los tratamientos en consultorio suelen ser más efectivos. Procedimientos como los rellenos dérmicos pueden recuperar el volumen perdido en la ojera, mientras que ciertos tratamientos láser pueden ayudar a engrosar la piel.
- Para disimular los vasos sanguíneos visibles: Un buen corrector con subtono melocotón o naranja puede obrar maravillas para corregir los tonos azules y morados.
Y, por supuesto, sigue priorizando un estilo de vida saludable. Si bien dormir lo suficiente no eliminará las ojeras genéticas, te asegurará lucir siempre lo mejor posible.
Así que, la próxima vez que veas esas sombras en el espejo, sé amable contigo misma. Probablemente tenga más que ver con tu anatomía única que con la hora de ir a dormir.


